martes, 11 de octubre de 2011

Una cifra que va en aumento

Para empezar propongo un sencillo ejercicio de reflexión que tod@s podemos hacer desde nuestro ordenador. Es fácil, dedica treinta segundos a cerrar los ojos y a pensar por un minuto en una o varias imágenes que tu mente recuerde al oír la palabra que voy a escribir a continuación.

La palabra es: POBREZA.

¿Cuál ha sido tu visión? ¿Qué has podido ver? Tal vez tu mente se haya trasladado a África y haya visualizado una escena con niñ@s desnutridos, bajo el sol, rodeados de insectos o quizás tu mente haya imaginado a un grupo de niñas menores de 15 años obligadas a prostituirse en cualquier barrio turístico de Tailandia o hayas recordado esa característica maraña de favelas coronando la capital brasileña y en la que los índices de paro y violencia son los más altos del país.

Todas estas imágenes se repiten a diario en nuestros medios de comunicación, enmarcan las noticias, las vemos en la prensa y en la televisión, son imágenes recurrentes y ayudan a nuestra mente a buscar una respuesta rápida que defina visualmente el concepto de pobreza.

¿Pero se trata de una imagen realista o se codifica a través de una serie de estereotipos preconcebidos cuya finalidad es distorsionar el verdadero concepto de la pobreza? 


 Foto: Alianza Española contra la Pobreza

Creo que la respuesta merece que reflexionemos por un momento y analicemos cuál es la verdadera cara de la pobreza y sus diferentes manifestaciones.

No podemos negar que afecta a muchos países del Sur, mujeres y niñ@s mueren a diario a causa del hambre o la desnutrición y que sin duda es dónde la pobreza muestra su cara más cruda y trágica, pero tampoco podemos olvidar que en los países más desarrollados también existe y afecta a personas de muy diversos orígenes y características. Es un error relacionar la pobreza exclusivamente con el Sur, con el subdesarrollo, con el origen o el sexo de las personas. 

La pobreza es una realidad de nuestro mundo, afecta a hombres y a mujeres del Norte y del Sur, viene marcada por factores como la exclusión social, la falta de recursos o el desempleo y afecta directamente a las personas haciéndolas víctimas del sistema en el que viven. Un ejemplo que nos ilustra al respecto es el aumento de desahucios en España (el segundo trimestre de 2011 ha dejado casi 16.500 casos, un 21´2% más que el año anterior), la mayoría producidos por la falta de recursos económicos y las deudas sangrantes. La presión económica les termina convirtiendo en víctimas del sistema, en personas sin recursos, en los nuevos pobres.

Con motivo de la semana de Movilización contra la Pobreza (del 9 al 17 de octubre) merece la pena reflexionar y pensar en lo que significa realmente la palabra pobreza y que no podemos ser indiferentes ante una realidad que afecta a muchas personas que nos rodean. Merece la pena rebelarse contra los estereotipos, merece la pena rebelarse contra el sistema y merece la pena rebelarse por un mundo más justo e igualitario. #rebélate


Para más información:
http://www.coordinadoraongd.org/

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