Existen muchas herramientas a la hora de realizar una buena campaña de Comunicación Social pero si alguna logra emocionar y sensibilizar de una forma especial es la conseguida a través del medio audiovisual.
El ser humano es una especie emocional por naturaleza. En ocasiones, la sociedad que nos rodea consigue minar nuestra parte más sensible y potenciar aquella más racional a favor de esa idea de que lo emotivo denota debilidad. Lo que el medio audiovisual logra a través de la imagen es llegar a esa parte más emocional del ser humano a través de un mensaje claramente sensibilizador.
Mediante la imagen, una persona es capaz de experimentar diferentes sensaciones que asimila como propias. Estas sensaciones pueden recordarle momentos pasados de su vida llegando a empatizar de tal forma con lo que está viendo que llegue a provocarle emociones incontrolables que personaliza en sí mismo, por ejemplo: llorar al ver una película. Las imágenes suscitan infinidad de sentimientos, a través de los sentidos somos capaces de percibir sensaciones que están directamente conectadas con nuestra capacidad de emoción. Esas imágenes son capaces de producirnos alegría, tristeza, ira, rabia, consuelo, esperanza, etc.
La Comunicación Social debe ser capaz de remitirnos a todas estas sensaciones sin caer en el paternalismo o la compasión. Una buena campaña de Comunicación Social no debe olvidar las emociones y tiene que tener como finalidad la de producir un cambio en el otro recurriendo a su capacidad de empatia con las necesidades de los demás. No sólo un mensaje optimista puede concienciar a las personas, en
ocasiones, lo negativo también puede lograr una respuesta positiva en el
otro/a. Por muy duro que sea, el mensaje debe ser capaz de llegar a las emociones a
través del realismo y la objetividad.
He rescatado dos campañas que me parecen un buen ejemplo de Comunicación Social. En ambas podemos ver como se logra captar la atención del receptor a través de la emoción. Ambos protagonistas consiguen su finalidad a través de un mensaje objetivo. No hay paternalismo, hay realismo: las necesidades son concretas y lo que cada uno puede aportar para superarlas es la muestra del esfuerzo diario y la superación por la normalización de sus discapacidades en la sociedad. ¿Qué os parecen estas campañas?
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