lunes, 6 de febrero de 2012

Tradición SI, Mutilación NO

Con motivo del Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenima, la Organización Mundial de la Salud nos recuerda que más de dos millones de mujeres entre cuatro y díez años son víctimas de la mutilación de sus órganos genitales externos. Se trata de una práctica realizada en más de 28 países del mundo, mayoritariamente de origen africano, que no sólo supone una forma de sometimiento sino también una grave violación de los derechos fundamentales de estas mujeres.

La OMS define la mutilación genital femenina como todo procedimiento que entrañe la ablación parcial o total de los genitales externos femeninos o la lesión de éstos sin razón justificada a nivel médico.

La ablación responde a razones sociales y culturales, afectando a mujeres de muy diferente condición social, económica y/o religiosa. Se trata de una práctica ancestral que se defiende dentro de las comunidades más tradicionales como un acto de prestigio social, que conlleva el respeto y la fidelidad dentro del matrimonio y que atiende a diferentes creencias sobre el momento del parto y el nacimiento de los/las hijos/as.

Foto: World Vision. Campaña Stop Ablación 

Las consecuencias de este tipo de prácticas, suponen no sólo un problema psicológico a largo plazo, sino que atienden a graves daños para la salud. Según la ONG World Vision, responsable de varios programas contra la mutilación genital femenina en Mali y kenia, la ablación conlleva una evidente ausencia de placer a la hora de mantener relaciones sexuales y numerosas infecciones que provocan dolores abdominales de por vida con sangrados habituales que pueden causar hasta la muerte. Además se trata de una práctica que no cumple con unas condiciones higiénicas adecuadas, no se utiliza anestesia y en ocasiones se aprovecha una misma cuchilla para varias niñas.

Actualmente se están realizando distintas iniciativas para terminar con la ablación en niñas menores. Tanto los Gobiernos como las ONG especializadas, están realizando acuerdos no sólo mediante la creación de leyes específicas en los países de acogida, sino también a través de programas específicos en los países de origen, en los que se intenta educar mediante el diálogo y la erradicación de ciertos prejuicios culturales o sociales asociaciados a estas prácticas.

Para finalizar y a través del testimonio recogido en la película "Flor del Desierto", basado en el libro de Waris Dirie, me gustaría dar voz a todas aquellas mujeres que un día vieron mutilada su inocencia y su derecho a elegir cómo y de qué forma ser mujer.




Otras películas relacionadas:
Moolaadé (Ousmane Sembene)

1 comentario:

  1. Estremecedor. Deja sin palabras el ver que siguen sucediendo cosas así en el s. XXI...

    Un saludo,

    Jose

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